Alforja

Un lugar que conserva mucha historia en sus calles ya que en su momento fue centro de una baronia de la que se conservan muchos vestigios.

El pueblo está situado en el valle de su nombre, que se abre entre el risco Roig y la montaña del Mirador, en el límite con El Priorat, con el que se comunica por el collado de Alforja. Fue centro de una baronía y conserva vestigios de las murallas y el castillo.

Historia

En el término de Alforja se han encontrado diversos talleres de sílex, una flecha de cobre, un sepulcro de fosa neolítico en el camino de las Hortes y restos de una villa romana entre el Mas del Metge y la Venta. Se tiene noticia del nombre del pueblo desde 1152, aunque la carta de población es de seis años más tarde.

Se supone que el pueblo proviene de una masía árabe en la que se deberían haber explotado minas de plata, aunque el desarrollo urbano podría haber sido impulsado estrictamente por los francos con posterior construcción de fortificaciones y castillo. 

En el siglo XIII se constituyó la baronía de Alforja, formada por Les Borges del Camp, Riudecols, Les Irles, Els Banys, Els Diumenges o Els Domenys, Cortiella, Els Arcs, Les Benes, Les Voltes y Tascals y la misma villa. La comunidad judía, documentada entre 1283 y 1393, era muy activa y con relaciones con las juderías de Valls y L’Aleixar. En el siglo XIV había en la villa juglares y músicos, cosa que indicaba una cierta prosperidad del término. El castillo como prisión de la mitra en hechos de 1314 da a entender la existencia de la fortaleza. Desde este castillo, residencia de los arzobispos durante la época medieval, se supone que tenía buenas dimensiones, el rey Jaume II convocó en 1319 los prohombres de Tortosa para solucionar el problema provocado por la negativa de su hijo primogénito a casarse. De las murallas subsistentes todavía en buena parte en 1931, solo queda ahora un portal y unos rastros mínimos del castillo. En 1645, Alforja se quejaba de los malos tratos ocasionados por la caballería e infantería francesas que malograban las cosechas y humillaban a sus habitantes. En el siglo XVIII, el cultivo del avellano tomó un gran empuje. La guerra del Francés repercutió en la villa con una grave crisis económica. En la primera guerra civil del siglo XIX, Alforja apoyó a los absolutistas, lo que creó una fuerte derrota en 1822. El pueblo tuvo un ejército y sitio de mando de los descontentos en el Camp.

Dentro del término actual de Alforja hay los despoblados y antiguos lugares de Cortiella y los Domenys. En el Mas d'en Mestre, casa solariega del jefe carlista del mismo nombre, hay la capilla de Santa Maria de Cortiella, calificada, todavía en 1952, como parroquia de ayuda.

Sitios de interés

La iglesia

La iglesia parroquial de Sant Miquel tiene fecha de 1637. Es airosa y tiene un esbelto campanario visible a varios kilómetros de distancia. El museo de Reus conserva la buena mesa de san Miguel del llamado Mestre d’Alforja, del siglo XVI.

Los porches

Los porches dan a la población, junto con el portal de la muralla, un aire de imaginación medieval.

Las ermitas

La ermita de Sant Antoni de Pàdua, situada al pie del camino de Puigcerver, la otra ermita de Alforja, es del siglo XVIII, en medio de un paraje de encanto y sombrío con una buena fuente y lugar de frecuentes excursiones.

El santuario de la Mare de Déu de Puigcerver

Lo que más llama la atención del santuario es su ubicación. El edificio está al noroeste del término de Alforja y linda con tierras de Porrera (en El Priorat) y Riudecols hacia el lado llamado las Valls de Cortiella. La ermita se encuentra a 790 m de altura, lugar que muestra, de forma privilegiada, los relieves de sierras como la de La Mussara o de Pàndols o como el mar recorta y se adentra en la costa tarraconense. A 500 m hacia el oeste del monumento hay la Miranda, de 840 m de altura, el sitio más alto de la montaña. Encontramos ya referencias de la ermita en 1227 a través de diversos legados testamentarios. Está en el punto, según dice la leyenda, donde los habitantes de Alforja vieron unas resplandores que bajaban del cielo, como si fueran lenguas de fuego, y que se situaban en el bosque de Puigdarenes. Al ir y ver de qué se trataba, descubrieron la imagen de la Virgen que se intentó bajar al pueblo, y tres veces regresó al lugar donde la descubrieron. Fue así como se construyó la ermita en su sitio actual. El edificio se amplió a principios del siglo XVII (obras acabadas en 1620), pero sufrió los estragos de varias guerras y se rehizo en el siglo XIX.

Esta ermita, muy querida en pueblos cercanos como Riudecols, Les Borges o Porrera, se presenta como un solo volumen compacto. La entrada al recinto se compone de un arco de medio punto que se convierte en un porche donde hay dos bancos. Las estancias de la parte baja habían sido corrales y establos y hoy son el comedor y el bar. Una vez en la entrada, a la derecha había el piso del ermitaño y celdas y a la izquierda un patio medio cubierto con una cisterna en el centro, es en esta zona por donde se accede al interior del santuario. La ermita tiene una sola nave, con coro y un camarín en el presbiterio con las correspondientes escaleras de acceso. También tuvo un retablo construido en 1774 por el escultor de Móra d'Ebre Josep Tomàs y que fue destruido en 1936. La ermita se rehizo a partir de 1939 y en 1940 se bendijo la imagen actual, el retablo fue realizado por el reusense Venanci Bonet. Joan Amades sospecha que se trata de la cristianización, con la advocación de la virgen, de un antiguo lugar de culto pagano, hipótesis que confirmaría la tradición de encender imponentes hogueras la noche de San Juan, delante de la ermita, hasta finales del siglo XIX.

Los cruceros

La ruta más conocida para ir a Puigcerver, el camino llamado camino de Cornudella o camino de Sant Antoni, tiene diversos cruceros que señalan el camino, como el de Formatge y el de Pedra.